Una vez más, los directivos enfrentan un panorama complejo y desafiante, marcado por la necesidad de abordar cuatro nuevas responsabilidades cruciales.
La ciberseguridad destaca como una prioridad urgente debido al aumento de las amenazas digitales (un 43% en el 2022), incrementadas por la irrupción en el mundo digital de la IA, requiriendo la implementación de medidas sólidas para proteger los datos y garantizar la continuidad del negocio.
La transformación digital, con la puesta en marcha este año de la Ley Crea y Crece, que obligará a implementar la factura electrónica en las empresas, se vuelve esencial para mantener la competitividad, exigiendo la adopción de tecnologías innovadoras y una cultura organizativa ágil.
Además, se enfatiza en responsabilidades en materia de sostenibilidad, instando a adoptar prácticas éticas que beneficien a la sociedad y al medio ambiente. En 2025 será obligatorio medir la huella de carbono para pymes de más de 50 empleados, basándose en los datos del actual ejercicio.
Por último, se subraya la importancia de fortalecer la gobernanza empresarial y la gestión del riesgo para garantizar la transparencia y la resiliencia organizativa.
Por lo tanto, cada vez son más las responsabilidades de los directivos y se hace más necesaria una mayor protección ante posibles errores o negligencias en el ejercicio profesional de su actividad, ya que estos pueden poner en serio peligro el propio negocio o el patrimonio personal.
En este contexto, disponer de un seguro de Administradores y Directivos (D&O) proporciona a las empresas una mayor seguridad.
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