La atonía del mercado laboral y el cambio demográfico al que estamos asistiendo en España están provocando que la relación entre el número de trabajadores y jubilados se reduzca cada día, lo que amenaza que los pensionistas del futuro vayamos a mantener el poder adquisitivo que teníamos asegurado hasta ahora. En este escenario, los planes de pensiones ya no son una opción más de ahorro, sino que se ha convertido en una obligación, como pensamos en nuestra correduría de seguros en Ontinyent, para preservar nuestro nivel de vida después de muchos años de trabajo duro.
Las seis preguntas que nos debemos plantear a la hora de planificar la jubilación son:
–¿Cuál es el mejor plan de pensiones? Es importante aclarar que no existe el producto perfecto. Con qué edad tenemos previsto contratar el plan, cuál es nuestro perfil de riesgo y cuál es nuestra capacidad de ahorro son las tres preguntas que nos debemos plantear cuando nos disponemos a contratar nuestro plan. El producto elegido tiene que encajar en nuestra estrategia, teniendo en cuenta qué porcentaje de bolsa y renta fija deseamos, ya que la tasa mínima de rentabilidad exigida debe ser mayor que la inflación para evitar rentabilidades negativas. Eso sí, a más riesgo (más porcentaje de renta variable), obtendremos mayor rentabilidad con el colchón de que las posibles pérdidas se recuperarán con mayor facilidad a lo largo del tiempo.
–¿Cuál es la edad ideal para contratar un plan? Cuanto antes, mejor ya que el esfuerzo de ahorro que tendremos que realizar será menor. Una persona joven podrá adoptar mucho más riesgo para obtener una mejor rentabilidad a largo plazo e ir trasladando con el paso del tiempo su cartera a posiciones más conservadoras. Aunque siempre habrá que tener en cuenta la aversión al riesgo del ahorrador en cuestión, más allá de la edad de contratación de nuestro plan.
Para aquellos que se encuentren en los últimos años de su vida laboral, resultan una buena opción los planes de pensiones de renta fija a corto plazo (24 meses) y los planes de previsión asegurados (más conocidos como PPA).
–¿Es importante la entidad con la que contratamos el plan? Una vez que hayamos analizado qué tipo de plan de pensiones se puede adaptar mejor a nuestros intereses, es importante diversificar el riesgo, tanto en el tipo de plan (se pueden contratar varios planes –de renta fija, renta fija mixta, renta variable mixta, renta variable…-, siempre que no superemos el límite anual de 10.000€ o 12.500€ si tenemos más de 50 años), como en las entidades gestoras, “no debemos poner todos los huevos en la misma cesta”. Es importante analizar la calidad de la/s gestora/s por la que nos interesemos, sobre todo si sus planes ocupan unas buenas posiciones en el ranking de rentabilidad a largo plazo y solvencia. La información clara, puntual y de calidad de la entidad también debe ser fundamental para evitar sustos.
–¿Qué pasa con las comisiones? Cuando contratemos un plan de pensiones, debemos estar muy atentos a las comisiones de gestión y depósito. Pero ojo, no siempre un plan con una comisión más baja tiene que ser el más adecuado. Debemos tener en cuenta que las comisiones en planes de renta fija deben ser inferiores a los planes de renta variable ya que éstos últimos deben tener, sobre todo, una gestión dinámica y activa para obtener buenas rentabilidades que mitiguen el efecto de las comisiones. Existen planes de pensiones en los que la comisión de gestión es muy baja y perciben un diferencial a final de año en función de la rentabilidad obtenida comparada con un objetivo previamente marcado (las llamadas comisiones de éxito), con el tope legal del 2%.
–¿Nos interesan los regalos de campaña? Nunca debemos elegir nuestro plan de pensiones por los regalos que ofrecen algunas entidades en la campaña de captación, que suele coincidir con el final del año. Estos planes normalmente van ligados a una obligación de permanencia que quita la libertad del ahorrador para cambiar de plan en el caso de que no responda a sus expectativas iniciales. De igual modo, no debemos vincular obligatoriamente nuestro plan de pensiones con la entidad que tiene nuestra hipoteca o un crédito. El ahorro para la jubilación es lo suficientemente importante para que no vaya supeditado a productos que nada tienen que ver con nuestro plan de pensiones. Haciendo números, las comisiones que pagamos pueden superar el hipotético ahorro del producto principal de esa vinculación.
–¿Existen alternativas a los planes de pensiones? Sí. Más allá de los planes de pensiones tradicionales encontramos los planes de previsión asegurados (PPA), que tienen la ventaja de que aseguran un tipo de interés para toda la duración del contrato y, año a año, remuneran a un tipo asegurado más alto que comunican al ahorrador antes de cada vencimiento anual. Tienen las mismas ventajas fiscales que los planes de pensiones.
Los seguros de vida de ahorro no gozan de ventajas fiscales pero permiten el rescate en cualquier momento. Una alternativa que cada vez tiene más adeptos son los Planes de Ahorro Individual Sistemático (PIAS). Son contratos celebrados con entidades aseguradoras para constituir a término (duración mínima de 10 años), con las aportaciones realizadas y la rentabilidad obtenida, una renta vitalicia asegurada con la ventaja de que tributará en base al régimen fiscal de las rentas vitalicias y no sobre los rendimientos obtenidos al final del contrato.
Desde nuestra correduría de seguros en Ontinyent, Espabrok-Seguros Frances, pensamos también, que en el escenario actual es importante plantearse la idea de un plan de pensiones.